Los ecosistemas proporcionan recursos indispensables para la vida, como
son los alimentos y el agua y el aire puros. También ofrecen protección contra
catástrofes naturales y enfermedades, condicionan la cultura del hombre y sus
creencias espirituales, y aseguran la continuidad de los procesos fundamentales
para la vida en el planeta.
La pérdida de biodiversidad afecta a los ecosistemas, ya que los hace
más vulnerables a las perturbaciones y merma su capacidad de proporcionar
servicios de gran valor para los hombres. El hombre tiene un impacto
considerable, y creciente, sobre el entorno natural. En los últimos 50 años,
los cambios en la biodiversidad se han producido a un ritmo nunca antes visto
en la historia de la humanidad.
¿Como se mide en la
actualidad la evolución de la biodiversidad?
Los indicadores se establecieron con el fin de
realizar un seguimiento del estado y la evolución de la biodiversidad, además
de proporcionar información sobre cómo aumentar la eficacia de las medidas y
los programas de gestión en materia de biodiversidad. Estos indicadores cubren
siete ámbitos de actuación prioritarios, entre los que se incluyen la reducción
del ritmo de pérdida de la biodiversidad, hacer frente a las principales
amenazas, fomentar el uso sostenible de la biodiversidad y mantener los
ecosistemas en buen estado.
Aunque siguen faltando mediciones completas a
escala mundial que permitan evaluar el progreso hacia el objetivo para 2010, sí
es posible identificar tendencias sobre el estado de la biodiversidad con la
ayuda de dichos indicadores. En su conjunto, nos permiten detectar las
tendencias actuales de algunos aspectos importantes de la biodiversidad, en
particular cuando se analizan e interpretan como un todo.
¿A que ritmo desaparece la
biodiversidad?
El primer ámbito de actuación prioritario dentro del
esquema de trabajo para 2010 consiste en reducir el ritmo de pérdida de
biodiversidad en términos de ecosistemas, especies y riqueza genética.
Durante los últimos 50 años, el hombre ha transformado
los ecosistemas a un ritmo y con un alcance superiores a ningún otro periodo de
la historia de la humanidad. Por ejemplo, la transformación de bosques en
terrenos agrícolas y de pasto se sucede a un ritmo alarmante. En otros
ecosistemas, tales como praderas, sabanas, desiertos y ecosistemas de agua
dulce, costeros y marinos, se han observado tendencias negativas similares.
La abundancia y la distribución de las especies elegidas
son un indicador de la calidad de los ecosistemas. Varios informes de
evaluación han revelado que el tamaño de la población o la zona de distribución
de la mayoría de las especies estudiadas están menguando. Entre las excepciones
se encuentran las especies domésticas, especies invasoras y las que gozan de
medidas de protección específicas.
Según los cálculos, el hombre es el responsable de
haber provocado extinciones a un ritmo hasta mil veces superior al natural en
los últimos siglos. Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, se
encuentran amenazadas de extinción hasta la mitad de las especies de grupos
estudiados en profundidad como anfibios, aves o mamíferos, y la situación está
empeorando.
La diversidad genética de las especies cultivadas y
domesticadas tiene una gran importancia para el hombre, ya que permite a las
especies adaptarse a unas circunstancias cambiantes. Se calcula que un tercio
de las razas de animales domesticados se encuentran en la actualidad en peligro
de extinción. Entre las especies que no son de cultivo, la diversidad genética
está amenazada principalmente por la sobreexplotación, así como por la
destrucción y fragmentación de sus hábitats.
Los espacios protegidos son de vital importancia a la hora de
contrarrestar la pérdida constante de ecosistemas y de especies. En la
actualidad cubren de cerca la octava parte de la superficie terrestre del planeta,
pero tan sólo una mínima parte de las zonas marítimas y costeras. Sin embargo, existen
diferencias notables de extensión protegida entre las diferentes regiones ecológicas,
y muchos tipos de ecosistemas apenas gozan de protección alguna.
¿Cuales son las principales
amenazas para la biodiversidad?
El tercer ámbito de
actuación prioritario gira en torno a las cinco mayores amenazas para la biodiversidad:
especies exóticas invasoras, carga de nutrientes y contaminación, cambio climático,
modificación del hábitat y sobreexplotación. La disponibilidad de abonos y su
uso a escala industrial contribuyen al incremento de la productividad agrícola.
Sin embargo, el nitrógeno y el fósforo contenidos en dichos abonos pueden traer
graves consecuencias para el medio ambiente. La producción industrial de nitrógeno
se ha disparado desde 1960. Las especies exóticas invasoras pueden tener
efectos devastadores para las especies autóctonas, como provocar su extinción o
causar daños a los ecosistemas naturales o de cultivo. Algunas plagas de
enfermedades o especies exóticas invasoras pueden acarrear ingentes esfuerzos
económicos. En el pasado reciente, el ritmo de introducción de especies exóticas
ha aumentado considerablemente junto a los riesgos aparejados, sobre todo a
causa del crecimiento del comercio, los viajes y el turismo.
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