martes, 12 de octubre de 2021

¿Sabés cuáles son las características del agua?

Las principales características del agua

El agua es esencial para la vida. Conocer las características y propiedades de uno de los recursos más valiosos del planeta es una forma de comprender mejor nuestro entorno a la vez que tomamos consciencia de la importancia de protegerlo.
De entre las características del agua, seguramente la más destacada es que es el elemento indispensable para la supervivencia de las especies. Puede encontrarse en cualquier lugar ya que, gracias a sus diferentes estados, el agua está presente en ríos mares, lagos, glaciares y en el vapor de la atmósfera.
Más del 70% de la superficie del planeta está cubierta de agua y sus propiedades nos ayudan a entender por qué el agua es tan indispensable para los seres vivos y es el elemento fundamental que permite el desarrollo de la vida.

Características del agua, un requisito fundamental para la vida

El 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua líquida, casi las tres cuartas partes. Cerca del 96% corresponde al agua salada que forman los océanos. Del resto, aproximadamente el 69% se encuentra congelada en los polos y entre un 1% y un 4% es el vapor de agua de la atmósfera. Eso sin olvidar que también se encuentra presente en el cuerpo humano en gran medida, puesto que el porcentaje de agua en nuestro cuerpo ronda entre el 50 y 80%.

Top 5 características del agua
Las cinco principales características del agua son:

Es un líquido inodoro: no tiene olor salvo cuando contiene sustancias disueltas. Es insípido, lo que significa que no posee un sabor determinado. Y es incoloro, es decir, no tiene color y, en su estado puro, es completamente transparente.
Es el solvente universal: en ella se disuelven más sustancias que en cualquier otro líquido.
El agua común es un excelente conductor de la electricidad, gracias a sus moléculas cargadas eléctricamente.
El sonido se propaga en el agua sin prácticamente pérdidas, especialmente las frecuencias bajas. Esto permite la comunicación vía sonar, característica de los cetáceos.
En casi todos sus estados, el agua no puede comprimirse debido a su baja viscosidad.

Los tres estados del agua

Las propiedades del agua hacen de ella una sustancia única en la naturaleza. Y muy preciada, por lo que debemos involucrarnos en su uso sostenible y ahorro. Las características del agua pueden ser tanto físicas como químicas. Una fundamental es que es el único elemento que se puede encontrar en los tres estados de la materia:

Estado sólido. Se produce cuando el agua es sometida a una temperatura inferior a 0ºC y se congela. El fenómeno recibe el nombre de solidificación, y se produce cuando todas las moléculas que componen el agua están unidas. En este estado, encontramos agua en los glaciares o en zonas montañosas de nieve.
Estado líquido. Es la forma más predominante en la superficie de la Tierra. De esta manera se encuentra en ríos, lagos, mares, océanos… El paso del estado sólido al líquido recibe el nombre de fusión; ese estado, en el que la mayoría de las moléculas -pero no todas- siguen unidas, se produce entre los 0º y 100º.
Estado gaseoso. Cuando el agua es sometida a una determinada temperatura se produce la evaporación. El agua de los océanos, ríos, lagos u otras fuentes acuáticas se evapora y se condensa en la atmósfera. De esta manera surgen las nubes, compuestas por una acumulación de partículas de agua. En este caso, las moléculas se liberan completamente.

Propiedades físicas del agua

Algunas de las características del agua desde un punto de vista físico son:

Su densidad es de 1g/cm3, es decir, 1 centímetro cúbico de agua líquida pesa 1 gramo. En cambio, cuando se encuentra en estado sólido la densidad es menor, por eso el hielo flota en el agua.
Su punto de congelación es a 0ºC, mientras que el de ebullición es a 100 °C a nivel del mar.
El agua del planeta está en cambio constante y siempre en movimiento.
Tiene la capacidad de absorber mucho calor antes de que suba su temperatura. Gracias a esta propiedad, ayuda a regular el cambio de temperatura del aire en las diferentes estaciones del año.
Posee una tensión superficial muy elevada, y por ello es pegajosa y elástica. Y esta característica del agua es la que permite que algunos insectos como las arañas puedan caminar sobre ella.

Propiedades químicas del agua

Su fórmula química es H₂O: un átomo de oxígeno ligado a dos de hidrógeno.
La molécula del agua tiene carga eléctrica positiva en un lado y negativa en el otro, propiedad que ocasiona que sus moléculas se unan entre sí.
Contiene minerales y nutrientes de gran valor.
El agua pura tiene un pH neutro de 7: esto significa que no es ácida ni básica.
Reacciona con los óxidos ácidos, los óxidos básicos y el metal.
Cuando se une el agua y las sales, se forman los hidratos.

Tipos de agua

Existen varios tipos de agua en función de sus características químicas, físicas o biológicas:

Agua potable. La destinada para el consumo humano por su calidad y condiciones.
Agua dulce. Se halla de manera natural en la superficie terrestre y en los ecosistemas subterráneos.
Agua salada. Aquella que se encuentra en océanos y mares.
Agua salobre. Tiene más sales disueltas que la dulce y menos que la salada.
Agua dura. Presenta un alto nivel de minerales disueltos.
Agua blanda. Posee una mínima cantidad de sales.
Agua destilada. Cuando ha sido purificada o limpiada.
Aguas residuales. Cualquier tipo de agua afectada por la influencia antropogénica.
Aguas negras. Aquellas contaminadas con heces u orina.
Aguas grises. Provienen del uso doméstico.
Agua cruda o bruta. No ha recibido ningún tratamiento y se encuentra en fuentes y reservas naturales.
El estudio de las propiedades del agua nos recuerda el papel fundamental que este elemento desempeña en nuestra vida. Sin embargo, se trata de un recurso bajo amenaza extrema debido a las acciones del ser humano que no ha hecho más que servir como aliciente para la crisis climática que ya vivimos.
Proteger este recurso tan valioso está al alcance de todos. El primer paso para cuidarla y preservarla es conociendo el volumen que usas de manera directa cada día. Esto se conoce como huella hídrica y desde Fundación Aquae ponemos a tu disposición nuestra calculadora de huella hídrica. Porque debemos realizar todos los esfuerzos posibles para su protección, conservación y mantenimiento.

Contaminación del aire: causas y tipos

Cuando nos preguntan por las causas de la contaminación del aire, lo primero en lo que solemos pensar es en la clásica imagen que muestra una capa de niebla tóxica sobre el cielo de las grandes capitales del mundo. ¿La has visto?

Sin embargo, es un tema muchísimo más complejo y en el que intervienen factores como los niveles de combustión, los procesos industriales, la quema de combustibles fósiles o el uso de recursos naturales, entre otros.

Llamamos contaminación del aire a cualquier situación en la que una sustancia que sea introducida por acción humana en la atmósfera genere un efecto perjudicial tanto para la salud de las personas como para el medioambiente en general. Entre todas estas sustancias, quizá la más conocida es el dióxido de carbono, que es el que se produce tras la quema de combustibles fósiles que usan los coches, los aviones, los trenes y otros medios de transporte. Según algunos estudios sobre el tema, en los últimos 150 años se han enviado a la atmósfera los mismos niveles de esta sustancia que durante cientos de miles de años anteriores. Otro elemento contaminante del aire es el ácido de azufre, que es el responsable directo de las nubes tóxicas que se posan sobre las grandes ciudades del mundo y que, además, es el principal componente de las denominadas lluvias tóxicas. La excesiva industrialización está directamente ligada a la contaminación del aire. Los países más industrializados del mundo son los principales responsables de la emisión de gases contaminantes en la atmósfera. Las listas más recientes mencionan, en su respectivo orden, a China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón.

La contaminación del aire es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos. Los efectos de la contaminación atmosférica pueden ser irreversibles para la vida en el planeta, por lo que hay que trabajar para evitar, reducir, compensar o mitigar la contaminación del aire.

Índice

¿Qué es la contaminación del aire?

¿Qué tipos de sustancias producen la contaminación del aire?

¿Dónde se produce la contaminación del aire?

Industrias

Transporte

Agricultura

Residuos

Hogares

Consejos para frenar la contaminación atmosférica 

Cada año se bate el récord de contaminación del aire. En el año 2019 se alcanzaron casi 40 mil millones de toneladas de CO2 en la atmósfera, superando el registro del año anterior. Sin medidas eficaces, los efectos de la contaminación atmosférica serán nefastos para la vida en la Tierra.

El cambio climático seguirá avanzando a gran escala y producirá todo tipo de fenómenos adversos, como el crecimiento del nivel del mar, el incremento de las sequías, el aumento de la temperatura global, etc.

Conocer en qué consiste la contaminación del aire y cuáles son los principales enemigos de nuestra atmósfera. En este artículo, arrojaremos luz sobre qué es concretamente la contaminación del aire y cuál es la tipología contra la que nos enfrentamos.

¿Qué es la contaminación del aire?

La contaminación atmosférica consiste en la presencia de materias o formas de energía en el aire que pueden suponer un riesgo, daño o molestia de diferente gravedad para los seres vivos. Entre las consecuencias directas de la contaminación atmosférica, se podría destacar el desarrollo de enfermedades y afecciones en los seres humanos y la biodiversidad, así como la pérdida de visibilidad en zonas de grandes concentraciones o la aparición de olores desagradables.

La producción, el desarrollo del transporte y el uso de  a partir de la Revolución Industrial ha disparado los niveles de dióxido de carbono y otros gases contaminante en la atmósfera. Esto ha provocado que la contaminación en el aire sea ya un problema ambiental global.

El aumento de gases de efecto invernadero están acelerando el calentamiento global del planeta.

La niebla gris que engloba las grandes ciudades es la forma más común en la que se muestra que la contaminación del aire es un problema real siendo ya visible ante nuestros ojos. El aumento de gases de efecto invernadero está provocando un calentamiento generalizado de nuestro planeta y el deterioro de la capa de ozono. Ambos efectos suponen un peligro tanto para la salud de los seres humanos como para la vida de los ecosistemas que ven alterado su equilibrio ecológico.

La acción humana es la principal culpable de la contaminación atmosférica. La quema de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, es una de las principales causas de este problema ambiental que pone en peligro no solo a nuestra naturaleza sino a nuestra propia salud.


¿Qué tipos de sustancias producen la contaminación del aire?

La contaminación atmosférica se presenta en diferentes sustancias que se derivan fundamentalmente de cinco focos de actividades humanas: la industria, la agricultura, los residuos, los hogares y el transporte. Una concentración elevada de gases de efecto invernadero es altamente nocivo para la salud del planeta y sus habitantes. Estas son los principales gases contaminantes:

El monóxido de carbono

El dióxido de carbono

El dióxido de nitrógeno

El óxido de nitrógeno

El ozono a nivel del suelo

El material particulado

El dióxido de azufre

Los hidrocarburos

El plomo

¿Dónde se produce la contaminación del aire?

Estas emisiones tienen cinco focos básicos producidos por el ser humano:

Industrias

En muchos países, la producción de energía es la fuente principal de la contaminación del aire, aunque no la única. La quema de carbón por parte de centrales eléctricas o aquellas plantas basadas en diésel, son dos de las fuentes de emisión más frecuentes y nocivas. De la misma manera, aunque en menor medida en comparación con las anteriores, los procesos industriales y el uso de solventes en industrias químicas contribuyen a la contaminación del aire y el calentamiento global.

Frente a esta problemática, se incentiva globalmente a las industrias por medio de políticas y programas a nivel internacional  para que realicen un uso eficiente de energía e inviertan en fuentes renovables de energía. Con ello, se contribuye a que la actividades industriales logren una producción de energía más limpia, una mayor eficiencia energética y una reducción de los efectos de la contaminación atmosférica.

Transporte

Cerca de 25% de todas las emisiones de CO2 (dióxido de carbón) relacionadas con la energía provienen del transporte. Estas emisiones producen aproximadamente cerca de 400.000 muertes prematuras al año por la mala calidad del aire. La mitad de ellas son consecuencia de la emisión de diésel debido a la emisión de óxidos de nitrógeno. No cabe duda que el transporte actual es ineficiente, caro e insostenible al no poderse mantener al mismo ritmo sin comprometer a las generaciones futuras.

Solo en España la contaminación ha provocado la muerte de cerca de 100.000 personas en la última década.  Y es que, según datos de Naciones Unidas, el coche causa el 13% de la contaminación del aire en los países miembros de la Unión Europea. La soberanía del coche frente a otros medios más sostenibles es una tarea pendiente para todos.

En las áreas urbanas con grandes concentración de población resulta imprescindible trabajar en políticas de que contribuyan a la reducción de la contaminación del aire mediante. Por ejemplo, mediante el uso de combustibles más limpios o la implementación de medios de transporte movidos por medio de energías renovables que no sean nocivas para las personas.

Agricultura

En este sector hay dos fuentes principales que producen el 24% de todos los gases de efecto invernadero. Por un lado, la quema de residuos agrícolas y, por otro, el metano y amoníaco que genera la ganadería. Las emisiones de metano son especialmente destacables, puesto que afectan al ozono a ras de suelo. Esta contaminación del aire es causante de enfermedades respiratorias y aumenta el asma. El metano, es además un gas de efecto invernadero (aunque no siempre se refuerce esta idea) que tiene un impacto mayor que el CO2 a largo plazo (por ejemplo, en períodos de 100 años).

Para reducir esta contaminación desde el sector agrícola, las personas que trabajan en él pueden llevar a cabo una reducción del metano optimizando la digestibilidad de los alimentos, mejorando el pastoreo y con una gestión más adecuada y sostenible de los pastizales. Pero el consumidor también es parte importante para reducir estas emisiones. Por ejemplo, disminuyendo el consumo de carne o minimizando el desperdicio de alimentos, evitando de este modo una sobreproducción basada en una amplia demanda de comida.

Residuos

Se calcula que el 40% de los residuos generados en el mundo y los desechos orgánicos se queman al aire libre, lo que genera emisiones a la atmósfera de dioxinas nocivas, furanos, metano y carbono negro. Una problemática que afecta especialmente a aquellas regiones o zonas que están en proceso de urbanización o a países en vías de desarrollo.

Quema de residuos

 La quema de residuos es una de las principales causas de la contaminación atmosférica

Entre las estrategias para evitar los efectos de este tipo de contaminación atmosférica se encuentra la mejora en la recolección, separación y eliminación de desechos sólidos. Con ello podría reducirse la cantidad de materiales depositados en vertederos y posteriormente quemados al aire libre.

Al igual que en el sector agrícola, un menor desperdicio de alimentos ayudaría a reducir la cantidad de deshechos orgánicos que hay que gestionar. Del mismo modo, una separación de estos y su conversión en compost o bioenergía ayudaría a la mejora de la fertilidad y la calidad del suelo, generando además una manera de crear una fuente de energía alternativa, más limpia y sostenible para el aire.

Hogares

La contaminación del aire desde el ámbito doméstico es nociva en dos maneras. Por un lado, porque es el aire que las personas respiran en sus hogares de manera directa, produciendo a medio y largo plazo enfermedades respiratorias; por otro lado, porque repercute en el aire exterior. La fuente de esta contaminación proviene de la quema de madera y combustibles fósiles para actividades como cocinar, calentar o iluminar los hogares.

Aunque en términos generales, el 85% de los hogares tienen acceso a fuentes de energía más limpias, al menos en 97 países del mundo, lo cierto es que se estima que aproximadamente 3.000 millones de personas continúan usando combustibles sólidos, lo cual es una cifra muy elevada que produce una gran cantidad de emisiones contaminantes al aire.

Mantener la calidad en el aire es fundamental para la supervivencia de las personas y las especias que viven en la Tierra. Los efectos de la contaminación atmosférica pueden ser fatídicas para las especies, puesto que la polución afecta de manera negativa en su salud, propiciando el desarrollo de enfermedades y afecciones de diferentes tipos, como la respiratoria. Como siempre, existen una serie de consejos que podemos seguir y que pueden tener un gran impacto en la protección de la calidad del aire que respiramos.

Consejos para frenar la contaminación atmosférica 

Revertir esta situación es una tarea de todos. 

Sustituye el coche por el transporte público u otros medios más sostenibles

Reduce el consumo de plástico

Apuesta por la regla de las 4 R’s: recicla, reutiliza, reduce y reemplaza

Vigila los productos que consumes y opta por aquellos cuyo impacto en el medio ambiente sea mínimo.

Opta por la eficiencia energética y minimiza el consumo de energía.

Recomendaciones para mejorar nuestra eficiencia energética

Hasta hace pocos años, las exigencias de la etiqueta energética eran mínimas y muchos constructores se limitaban a cumplir con lo exigido por la Ley, sin ningún tipo de mejora más allá de los mínimos. Hoy en día, no puede ser así. Además, de cara al usuario final merece la pena pagar un poco más y poder contar con un ahorro sostenido durante toda la vida útil del edificio. De cualquier modo, en nuestros hogares podemos empezar a tener en cuenta muchos aspectos para poner en marcha una estrategia que, de manera sencilla, empiece a mejorar la eficiencia energética de nuestras casas. Les recomendamos lo siguiente:

Trata de encontrar las corrientes de aire. Si ves que en una ventana, en una junta, en una puerta o incluso en una pared el viento se cuela en casa, ya sabes que tienes una fuga. Lo ideal sería tapar esa junta o mejorar la estanqueidad en dicha zona.

¿Usas gas para calentar el agua? Plantéate cambiar a las calderas de acumulación. Son mucho más eficientes. La electricidad también puede ser un ahorro a la hora de cocinar.

Protege tus ventanas y puertas si tienen muchos años. Con láminas adhesivas, el especialista puede recubrir las juntas para que el calor se mantenga o no entre el frío.

Por supuesto, el lavatorio es un lugar primordial. Las canillas han de ser monomando y el lavatorio de doble pulsador.

Trata de aprovechar la luz natural tanto cuanto puedas. Y, por la noche, usa lámparas led.

En verano, usa toldos para parar el calor y trata de ventilar por la noche, cuando la temperatura es más baja. El uso del aire acondicionado nunca debería estar por debajo de los 24ºC. No enfriará más rápido, y será un gran gasto innecesario.

Si apostamos por la eficiencia energética en hogares, los mayores beneficiados seremos los usuarios. Pero también las ciudades y el medio ambiente lograrán una gran mejora.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Cómo evitar la ecoansiedad

 Hacer clic en el enlace:

INFORME DEL IPCC SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO 



Nunca antes un informe del IPCC tuvo tanto impacto social. Inés Camilloni, experta que formó parte de su elaboración, analiza el reporte y otras cuestiones del cambio climático más allá de las cifras. La evidencia para negacionistas, el impacto de la pandemia en la contaminación, los efectos sociales de la transformación del ciclo del agua, las grietas de la justicia climática, las expectativas de cara a la COP26. Cómo estamos en Argentina y por qué el conocimiento científico es la respuesta a la ecoansiedad.